La irrupción de un outsider
Gabriela Clivio Economista, directora de Mazars
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Gabriela Clivio
Hace años se viene gestando un cambio en Argentina que, sin dudas, se vio acelerado por un aumento muy importante de la pobreza y de la informalidad laboral. Javier Milei representa, más allá de una preferencia electoral, una derrota para los políticos tradicionales, o mejor dicho, para la clase política argentina en su conjunto.
Sólo a modo de ejemplo, entre 2019 y 2023 Juntos por el Cambio, liderada por el opositor y expresidente Mauricio Macri, perdió votos sin gobernar. Es un fenómeno muy raro, dado que, por lo general, una fuerza política de oposición no se contrae entre una elección y otra mientras las condiciones en el país se deterioran en todos los frentes, sino que suele suceder lo contrario: se afirma.
“La victoria de Javier Milei representa la derrota de los políticos tradicionales, o mejor dicho, de la clase política argentina en su conjunto”.
Justamente por esto estoy convencida de que Milei, como Presidente electo, no representa solamente un rechazo al actual peronismo y al kirchnerismo, sino también un remplazo de la oposición tradicional (algo de lo que poco o poquísimo se ha dicho hasta ahora). Aunque si de perdedores se trata, la elección del domingo representó una pérdida de 600.000 votos para el peronismo. ESCUCHAR
Javier Milei tiene 53 años, es economista y docente, y en 2020 (apenas hace tres años) fue electo diputado nacional por la ciudad de Buenos Aires. En términos políticos puede ser considerado como un outsider que necesitó al centro para ganar la elección presidencial. El hecho de que él ganara es una muestra más de la tendencia de rechazo a la política convencional, por insatisfacción con las condiciones económicas, como observamos en muchas democracias de Occidente.
Argentina, que quiere un cambio, elige entonces a alguien que, además de coraje (para enfrentar los desafíos que se vienen hacia adelante), tiene el mérito de ser un desconocido. El triunfo de Milei también muestra un cambio cultural, entre otras cosas, en las formas de comunicación ya que como candidato prescindió de un partido y de inserción territorial.
A partir del 10 de diciembre, cuando sea Gobierno, las cosas serán diferentes. Por ahora, en una muestra más de una forma diferente de hacer las cosas, ayer la Oficina del Presidente electo emitió un comunicado que plantea dos novedades; la primera es que no va a haber más anuncios sobre designaciones hasta el 10 de diciembre. La segunda es que la política económica es responsabilidad absoluta de Alberto Fernández y Sergio Massa hasta esa fecha; es decir una especie de declaración implícita de que “No me voy a hacer cargo de las condiciones generales de la economía desde acá hasta el 10 de diciembre”.
Más allá del equipo económico, también hay que resolver el tema del manejo del Congreso, donde la minoría de Milei va a necesitar una estrategia política muy inteligente para lograr aprobar una infinidad de reformas administrativas para desregular sectores de la economía y realizar una gran reforma del Estado. Ya se habla de privatizaciones y reducción del aparato estatal. La libertad avanza.